Día 12, El Sosneado

Inicio El Nihuil, 8:00hs
Fin El Sosneado, 14:50hs
Distancia 110Km
Alojamiento Hostería en reparación, debajo del quincho, bien oculto y protegido.

En El Nihuil conocí a un par de mochileros que viajaban sin dinero e iban vendiendo pulseritas y haciendo malabares para poder conseguir para comer. A veces no tenían para comer o terminaban todos los días a base de arroz. Estaban muy flacos.

Con ellos me metí en un bar abandonado. Según decían, no había problema. Aunque yo ya había pensado en acampar en otr parte, cambié de idea para compartir una buena cena. Una hora más tarde estábamos dando nuestros datos personales al personal policial que se había apersonado para desalojarnos y revisar el lugar para tomar un registro de daños (¡si el bar estaba destruído antes de que llegáramos!). Fue horrible: aunque ellos decían que no pasaba nada, hasta ofrecieron guardarme la bici en un galpón del destacamento, ¿para qué querían mis datos personales?

Además del evento policial, y de haber perdido la kefia en camino a esta ciudad, y de que me parece una ciudad gris y triste, me desaparecieron:

  • dos pares de medias
  • la caña con banderita, mi símbolo más importante, junto a la kefia :-(
  • la banda reflectiva

Y, para colmo, me desperté a las 6:45hs, así que terminé saliendo tarde y me agarró todo el solazo en el desierto.

Todo mal con El Nihuil.

Los primeros kilómetros tenían muchas subidas, y la bici estaba bastante dura para pedalear. El polvo del tramo de ripió del día anterior debió haber empastado la cadena. Afortunadamene, siguieron muchas bajadas después.

Así es que, para las 10:00hs, ya había hecho 45Km. Una buena distancia. Y todavía estaba con energías y todo. Pero descansé un rato para comer un poo de fruta antes de seguir.

Los siguientes 30Km se pasaron rapidísimo, a 30Km/h en promedio. Seguían las bajadas, ahora más leves, y tenía un fuerte viento a favor.

Una hora más tarde comencé a sentir los efectos del sol. Eran ya las 11:30hs. Me llama mucho la atención cómo baja el rendimiento, al punto de bloquearme física y mentalmente, con el sol del mediodía.

Los últimos 25Km demandaron más voluntad que lo primeros 75Km, y tiempo también: 3hs. Hacía un trecho y frenaba unos 15 minutos para enfriar un poco el cuerpo.

El agua ya estaba caliente y me quedaba poco. Pero crucé a una mujer en camioneta que me dió 1/2l, y a un ciclista (¡iba sin escalas de Malargüe a San Rafael!) que me regaló una Gatorade. Así y todo, seguía sofocado. No llegaba nunca y no encontraba ni un poquito de sombra.

Por suerte, faltando sólo 20Km, apareció una hilera de árboles que se extendía hasta El Sosneado. ¡Tenía sombra! Aproveché para almorzar y dormir una siestonga.

Poco antes de llegar al pueblo comencé a ver las bombas de pozos petroleros. Muy pintoresco el paisaje, rompiendo la monotonía del espinillo y la arena.

Cuando llegué a El Sosneado, no era como lo recordaba. Esta vez lo encontré más extenso y bonito. Tiene algunos lugares a la entrada bastante aptos para acampar, la única desventaja es que no hay ducha en la estación de servicio. Pero, bueno, eso puede aguantarse.

Recursos:

  • 1 caramañola de agua antes de salir
  • 4 caramañolas de agua durante el viaje
  • 1 caramañola al llegar
  • desayuno: 1 durazno, 1 banana, 1 taza de yogur con cereales
  • descansos: nueces con pasas de uva, semillas de girasol saladas
  • almuerzo: 1 sánguche de queso medio reseco
  • al llegar: mates con galletitas, 2 bananas
  • cena: 1 sánguche de milanesa
mmazzei -