Día 17, Buta Ranquil

Inicio Ranquil Norte, 6:40hs
Fin Buta Ranquil, 10:30hs
Distancia 64Km
Alojamiento Camping privado. Muy bonito el parque. Sin ducha porque están instalando el agua. Amables las dueñas.

Arranqué el día bien temprano porque mi objetivo era recorrer 150Km hasta Chos Malal y, así, tener un día de ventaja sobre el itinerario planeado. Y desayuné medio mal porque ayer no conseguí comida.

A los pocos kilómetros de salir ya estaba medio cansado. Sentía la bici muy pesada y, otra vez, me agitaba. El camino iba todo en subida, con alguna que otra bajada terminada en lomada. Esto impedía que aproveche los acelerones. Además el viento estaba en contra y bastante fuerte.

A los 10Km, faltando unos 10 más para el límite con Neuquén, la ruta comenzó a descender. Esa parte fue rápida y me entusiasmó. Pero duró poco: así como la ruta baja hasta el río, también sube desde allí una vez cruzado.

Al llegar a Barracas (a 4Km del límite), compré algo de fruta para desayunar. Me senté un rato, como postergando el esfuerzo que, sospechaba, vendría a continuación.

Los 33Km restantes no fueron más que una acumulación de vanas esperanzas de encontrar una bajada a la vuelta de cada curva. Al menos un camino llano y sin viento.

A los 15Km me detuve, luego a los 8, luego a los 4, a los 2 y a los 500m. Sentía que la bici estaba mucho más pesada que lo normal. Me dolía la cabeza y zumbaban los oídos ¿signos de apunamiento? A lo lejos veía el Tromen, posible causa de todo este esfuerzo.

Ya era más que claro que no llegaría hoy a Chos Malal. No podría pedalear otros 90Km, viendo cómo me habían costado los últimos 15. Encima, en el pueblo, todos me decían que eran casi 90Km de pura subida.

Así que hoy me toca descansar en el “Camping Privado” de Buta Ranquil.

Al menos aquí la gente es muy amable: Ariel interrumpió su trabajo para cebarme unos mates con tortas fritas (¡estaban riquísimas!) y darme hielo y agua para las caramañolas; las dueñas del camping me llevaron a su casa en coche para que pueda ducharme ahí, porque en el camping no estaba todavía instalada la ducha. ¡Hasta me invitaron el almuerzo!

Notas al margen

  • La estación de servicio de Barracas no tenía comida.
  • Todavía no he logrado vencer el cansancio y dolor de cabeza en tramos por encima de los 2000msnm.
  • El viento que soplaba en Buta Ranquil podría ser considerado casi un huracán en mis pagos. Aquí le pregunté, preocupado, a la dueña del camping si era normal que fueran tan fuertes aquí, me respondió: “hoy no hay viento”. ¡Imagino lo que será cuando sí lo hay!
mmazzei -