Día 43, Río Senguer

Inicio A 5Km de Ea. La Laurita, 9:00hs
Fin Río Senguer, 15:30hs
Distancia 93,5Km
Alojamiento Bajo el puente. Había leña y estaba bien protegido, aunque preferí no hacer fogón para evitar llamar la atención.

Hoy salí bien temprano de mi madriguera, no había mucho por hacer en la zanja, y acá el sol puede verse desde más temprano, porque no hay montañas altas que lo oculten.

A pesar del frío, a las 9hs ya estaba pedaleando, confiando en que, de un momento a otro, el calor del sol compensara el frío del viento.

Tarareando una melodía que no sé si inventé, recuerdo de otra parte, o un poco y un poco, la monótona estepa fluyó debajo de la bici. Sin darme cuenta enfrenté vientos en contra, pendientes en subida y, a las 10:30hs, ya había recorrido 40Km. Bueno, eso y que mayormente el viento me ayudó y el camino era llano…

Tres cosas que quiero mencionar:

  • A 10’de pedaleada de donde frené, estaba Ea. La Laurita. Un parador abandonado y perfecto para acampar: muchos árboles, mesa, fogón, techo y paredes. Sólo faltaban puertas. ¡Hasta cancha de fútbol tenía¡ (potrero, en realidad). Pero todos me decían “No hay nada que haga sombra en todo el camino, hasta el Río Senguer”. Incluso obreros que estaban trabajando a pocos kilómetros de allí.
  • Pto Tamariscos tenía un almacén muy completo: de ropas a verduras, pasando por tortas fritas, me dieron agua fresca y pa’l mate. Pensar que acarreé 6l de agua y la dosifiqué para sobrevivir. Todos decían “Hasta el Río Senguer no hay nada de agua, no parador, ni casa”.
  • El Río Senguer no tiene más que un sauce pelado fuera del alambrado. Para llegar hay que saltar una zanja cavada para impedir el paso (cuya tierra forma una pared con el mismo objetivo) y el viento es tan fuerte que debo esconderme debajo del puente para no sentirlo. Todos decían que era un lugar hermoso y lleno de árboles…

El camino fue muy similar al de ayer. Pero entre Tamariscos y la bifurcación hacia “Facundo”, las banquinas son asfaltadas, por lo que las usé de bicisenda.

Llegando al Río Senguer el viento se convirtió en lo que parecía el aliento de mil demonios que soplaban con frenesí. Algo casi tan fuerte como el inolvidable de “La Cuesta del Viento”. Tal es así que, en una de sus ráfagas, me agarró de costado y me empujó hacia la banquina de la mano opuesta. Menos mal que justo no pasaba nadie… A partir de allí extremé precauciones.

Llegué temprano al Río Senguer. Faltando sólo 50Km para Río Mayo y teniendo 4hs disponibles aún para pedalear, dudé si quedarme o no. Pero, como prefiero acampar a solas y no necesito la ciudad por unos días, puedo esperar a Perito Moreno para ciudadear.

Me bañé y lavé la ropa en el río. ¡¡Qué agua helada!! Luego me tiré al sol sobre las paredes del puente, como una lagartija, para secarme.

Ahora sólo estoy tratando de elegir entre acampar bajo los árboles, del otro lado del alambrado: lindo, pero con mucho viento; o bajo el puente: feo y al reparo.

Quedándome aquí estas 2hs, descarté de plano seguir… uno nunca sabe cuándo puede confiar en lo que la gente dice del camino.

Improvisé un “sofá” con ramas de los árboles que encontré cortadas cerca del puente. Puede verse a la derecha de la carpa:

Aquí un amigo que se presentó a la hora de la cena:

mmazzei -