Cómo comer una palta

Escribo este tutorial debido a la inusitada cantidad de personas (dos) que me preguntó, durante el transcurso de los últimos días, cómo se come esta exótica y funcional fruta.

Sin entrar en discusiones respecto a los beneficios que la ingesta de palta provee, ni de si es un buen reemplazo para un pancho con mostaza y papitas, o sobre la frecuencia con que conviene comerla o cómo combinarla con otros alimentos, ni tampoco proveyendo recetas para un consumo lo más placentero posible, tratará de darse una somera introducción al tema “paltas”.

1. Conseguir la palta adecuada

El primer paso, antes de intentar comer una palta, y más importante que todos los demás, es conseguir una. Esto puede suceder de varias formas, siendo la más popular la de acudir a una verdulería del barrio (en algunas no se consigue), o de cualquier otro barrio, y elegir una fruta similar a esta:

Mediante el tacto puede determinarse si la fruta que está siendo sostenida es apta para consumo inmediato (no en la verdulería misma, sino durante el día, o al día siguiente), o si está demasiado verde (no por el color, sino en el sentido de que le falta maduración), o si está demasiado madura tendiendo a podrida. Por lo que una buena prueba de calidad de la palta consiste en sostenerla con la mano izquierda mientras, aplicando una leve presión con los dedos pulgar, índice y mayor, trata de tantearse la dureza de la misma CON SUAVIDAD:

  • Una palta muy dura está verde
  • Una palta blanda como un durazno bien maduro, es la ideal para consumo inmediato
  • Una palta demasiado blanda, o donde la cáscara se hunde apenas tocarla, está demasiado madura

NOTA: Asegúrese de pagar por la fruta antes de retirarse del local, no es socialmente aceptado dejar de hacerlo. Suelen venderse por unidad y a precios ridículos (ejemplo: $18 en una verdulería grande de Pergamino).

2. Abrirse paso al interior

Habiendo adquirido, por cualquier medio, una palta, y encontrándose esta adecuadamente madura, el siguiente paso consiste en encontrar un modo de acceder a su interior comestible, aislado del resto del mundo por una delgada y frágil coraza oscura vulgarmente llamada “cáscara”.

De la variedad de posibilidades para extraer la cáscara, nos enfocaremos en explicar sólo una de ellas, elegida por su simplicidad y practicidad a efectos de cumplir el objetivo deseado. Para hacerlo, es necesario contar con:

  • una palta
  • un cuchillo

NOTA: Dada la peligrosidad de este paso, es recomendable que los menores lo ejecuten acompañados por un mayor responsable, y los mayores lo ejecuten sólo si son responsables.

Debe apoyarse el filo del cuchillo sobre el costado de la palta, tangencialmente a la parte más ancha de esta y en el sentido delineado por una recta imaginaria que une el palito con la cosita de abajo de la fruta.

Suavemente, mientras se ejecuta un movimiento de serrucho con el cuchillo, se lo introduce en la palta hasta que haga tope con el carozo, evento inmediatamente advertido por el interesado debido a la dureza de este elemento.

Se gira la palta como si se tratara de dibujar un círculo alrededor del carozo. De esta manera se habrá cortado la fruta por la mitad, aunque ambas partes aún están unidas por el efecto atractivo del carozo.

Haciendo un pequeño movimiento de palanca con el cuchillo, ambas mitades quedarán separadas, conteniendo una de estas al carozo. Para extraerlo puede hacerse uso de una cuchara sopera, introduciendo su parte cóncava por detrás del mismo y haciendo fuerza para separarlo de la pulpa.

Si cada mitad contiene medio carozo, significa que ha presionado el cuchillo con demasiada fuerza.

3. Ingestión

Una vez extraído el carozo, puede utilizarse la misma cuchara para extraer la pulpa. Para ello ha de sostenerse la media palta en la palma de la mano (la cascara hacia la mano) mientras se introduce la cuchara en las partes blandas. Si la fruta está suficientemente madura, este proceso no debería llevar más esfuerzo que la extracción de dulce de leche de un pote de esos de cartón.

Así extraída, la pulpa de la palta puede ingerirse directamente de la cuchara sin necesidad de cocción ni añadido de condimentos. Algunas personas le agregan sal o mayonesa, otras la mezclan con verduras en una ensalada.

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