Día 33, Ruta

Inicio Lago Gutierrez, 9:30hs
Fin 15Km antes de El Bolsón, 17:00hs
Distancia 84Km
Alojamiento Parada de colectivos. Ruidosa pero abrigada.

Al igual que ayer, el tramo de hoy presentó muchas subidas y bajadas. Aunque las subidas cuestan, el premio es que cada bajada es equivalente en desnivel, y se terminan haciendo muchos kilómetros sin pedalear.

Se veía venir tormenta a lo lejos, eso en parte me vino bien porque las nubes taparon al cruel sol durante la mañana, dándome sombra en el primer tramo (40Km de subida).

La primer pausa fue en el puesto de Gendarmería de Río Villegas, donde me quedé tomando unos mates a orillas del Río Manso.

Luego, a la hora, paré en El Foyel, donde me dí el gusto de pedir unos ravioles de ricota. Aunque terminaron trayéndome unos de verdura, que parecían de esos comprados en el supermercado que eran demasiado caros para su calidad.

De allí salí con el corazón contento, a encarar la siguiente subida. Fueron unos 8Km, pero les siguieron otros 8Km de frenética bajada. Me encantan estos caminos.

Faltando poco para El Bolsón, siendo temprano aún y sin mucho cansancio encima, me encontré con una especie de refugio al costado de la ruta. Frené y chusmeé un poco todo alrededor. Parecía un lugar factible donde descansar (aunque haya sido construído con otro fin). El único problema era que se encontraba a sólo 4m de la ruta, detrás del guardarail, pero por la noche el tránsito en esta zona es más bien escaso.

Al estar tan cerca de El Bolsón, me permitiría llegar al otro día bien temprano, para poder pasear y aprovechar el día completo sin necesidad de pagar dos noches de alojamiento. Esto me ahorrará unos cuantos $$ ya que mi idea es parar en un hostel donde cuente con acceso a internet, para evaluar el desvío de Esquel hacia Cholila, para pasar por el PN Los Alerces y, eventualmente, cruzar a Chile.

¿El paisaje? Similar al de ayer, pero más seco: menos lagos y agua fluyendo a la vista, sobre todo a partir de El Foyel. En la cima, al final de varias de las subidas, la vegetación es más baja. El resto del camino, rodeado de bosques de coníferas cuyo aroma es refrescante.

Pueden verse muchos manzanos silvestres con fruta madura (o casi a punto). También aparecen, con mayor frecuencia, las cumbres heladas de alguna que otra montaña. Algunas de ellas parecen estar cubiertas por inmensos glaciares.

mmazzei -