Inicio | Buta Ranquil, 7:00hs |
Fin | Chos Malal, 13:30hs |
Distancia | 94Km |
Alojamiento | Hostel “El Refugio”. Hermoso, inmenso, muy buena atención. |
Ya me habían dicho que el tramo era todo subida dura por más de 60Km, hasta pasar el Tromen y luego ni me haría falta pedalear hasta Chos Malal. Por experiencia:
- subida + sol = imposible
- sol = viento (posiblemente en contra)
Así que pretendía evitar a nuestro gran astro todo lo posible. Me acosté a las 20:30hs, todavía de día, con la alarma a las 4:30hs.
Durante la noche me desperté varias veces. Quizá por miedo a quedarme dormido. Y para asegurar que nada más me despierte, puse el celu en mudo.
Pasó lo que tenía que pasar… si este celu está en mudo, no suena la alarma.
Terminé levantándome como 2hs más tarde de lo planeado y, con toda la desesperación del universo, cargué todo así nomás en la bici y salí pedaleando tan rápido como pudiera. ¡Ya le tenía miedo al sol!
En 30’ ya estaba fuera de la ciudad.
La primer hora fue, como siempre, ligera. Aproveché para subir todo lo que pudiese antes de que calor y viento dijeran “presente”. Descansé poco y nada y continué otra horita más. Otra vez volví a descansar casi nada y seguir.
Cerca de las 10hs el sol ya calentaba, y yo estaba cansado por la subida. Por suerte ya había metido casi 50Km, y el mapa indicaba que había pasado la parte más alta. Saber eso se convirtió en fuente de energías para continuar.
Las últimas subidas las hice un poco a pie y otro pedaleando. Ocultándome, cada tanto, a la sombra por un rato. No sufrí tanto el calor, sólo el cansancio. Más que nada por apurarme durante la mañana.
De pronto, a la vuelta de una cima, el camino comenzó a descender. Al principio era una pendiente suave; pero luego se volvió más empinada. Casi que no tuve necesidad de volver a pedalear hasta Chos Malal.
La felicidad que uno siente al encontrarse con una bajada luego de tanto pedaleo cuesta arriba, y poder bajarla a toda velocidad, es muy difícil de describir (así que no me tomaré el trabajo de hacerlo).
Luego de unos 20Km, maso, apareció un valle donde confluían dos ríos. Completamente verde. Arbolado por un lado y con una suave y uniforme pradera por el otro. Caballos y otros animales pastaban aquí y allá. Fue tan hermoso lo que vi que, aún con toda la emoción de ir a 55Km/h , decidí frenar para contemplarlo un rato.
Si no hubiera sido por el sol, que me quemaba, me hubiese quedado toda la tarde allí.
Y cuál habrá sido mi sorpresa cuando, unos pocos kilómetros más adelante, apareció un cartel donde se leía: “Bienvenidos a Chos Malal, portal del norte”. No entendía nada. Había solo unos galpones junto al cartel, y nada hacia adelante. Además, según mis cálculos, todavía faltaban unos 10Km.
Cuando pregunté, me confirmaron el dato. Estaba en Chos Malal. Sólo que el cartel está donde termina y no donde empieza, porque allí está el camino para entrar.
La ciudad es mediana. Poco más pequeña que Malargüe. Pero casi todas sus calles son de tierra, no tiene veredas y hay poco por hacer allí. Los principales puntos de interés están dispersos unos 50Km a la redonda. De todos modos, me gustó mucho el paseo del terraplén que están construyendo en la ribera.
Los dos días que estuve aquí los dediqué a riberear y a limpiar la bici. Fue reparador :-)
Notas al margen
- Llevo más de 1300Km recorridos, entre ripio y asfalto. Pero las calles de Chos Malal son tan malas que, en una vuelta de menos de 500m, me reventaron una cámara y rompieron una cubierta. Ambas de ruedas diferentes.
- Tuve que tirar la cámara que no se rompió, porque el pico estaba tapado con tibetano y no podía inflarla ni siquiera con un compresor.
- ¡necesito cubierta nueva urgente!
- La ribera es muy bonita. Vale la pena ir a pasar el día allí. Tiene más de 5Km de largo y está asfaltada. Además hay banquitos cada 30 o 40m, y tiene playas. La vista es de un valle encerrado por altas montañas, bañado por el río y cubierto de árboles.
- En esta ciudad conocí el ñaco.